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jueves, 24 de julio de 2014

Molestias por vecinos ruidosos o molestos. ¡¡¡ Hay solución !!!.





El Art 7.2 de la Ley de Propiedad Horizontal prevé que, ante el desarrollo de actividades prohibidas, molestas, insalubres, nocivas o peligrosas dentro de una vivienda o local, el presidente, previa autorización de la junta, puedas iniciar acción de cesación a través de juicio ordinario. Si la sentencia fuera condenatoria, además de la cesación definitiva de la actividad y la indemnización que proceda, podría llegar, en base a la gravedad de los hechos, a condenar a la prohibición del uso de la vivienda o local por un periodo no superior a tres años:


“Art.7. 2. Al propietario y al ocupante del piso o local no les está permitido desarrollar en él o en el resto del inmueble actividades prohibidas en los estatutos, que resulten dañosas para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas.

El presidente de la comunidad, a iniciativa propia o de cualquiera de los propietarios u ocupantes, requerirá a quien realice las actividades prohibidas por este apartado la inmediata cesación de las mismas, bajo apercibimiento de iniciar las acciones judiciales procedentes.

Si el infractor persistiere en su conducta el Presidente, previa autorización de la Junta de propietarios, debidamente convocada al efecto, podrá entablar contra él acción de cesación que, en lo no previsto expresamente por este artículo, se sustanciará a través del juicio ordinario.

Presentada la demanda, acompañada de la acreditación del requerimiento fehaciente al infractor y de la certificación del acuerdo adoptado por la Junta de propietarios, el juez podrá acordar con carácter cautelar la cesación inmediata de la actividad prohibida, bajo apercibimiento de incurrir en delito de desobediencia. Podrá adoptar asimismo cuantas medidas cautelares fueran precisas para asegurar la efectividad de la orden de cesación. La demanda habrá de dirigirse contra el propietario y, en su caso, contra el ocupante de la vivienda o local.

Si la sentencia fuese estimatoria podrá disponer, además de la cesación definitiva de la actividad prohibida y la indemnización de daños y perjuicios que proceda, la privación del derecho al uso de la vivienda o local por tiempo no superior a tres años, en función de la gravedad de la infracción y de los perjuicios ocasionados a la comunidad. Si el infractor no fuese el propietario, la sentencia podrá declarar extinguidos definitivamente todos sus derechos relativos a la vivienda o local, así como su inmediato lanzamiento.”

Así se puede observar en numerosas sentencias de las distintas audiencias provinciales de nuestra geografía, desde las que simplemente condenan imponiendo sanciones pecuniarias como indemnización por las molestias causadas, como dicta la sentencia 36/ 2007 del juzgado de primera instancia número seis de Santander, la de 19 de febrero de este año 2014 de la Audiencia Provincial de Albacete, o la más reciente, la del juzgado de primera instancia número 5 de Madrid  que ha condenado a un vecino, disckjokey de profesión y a su madre, como propietaria del inmueble, al pago de una indemnización de 20.000 euros por los daños causados a sus vecinos por ruidos molestos, perjudiciales y nocivos provocados por la reproducción de música durante la preparación de sus sesiones
Hasta la pionera y, en cierta manera, revolucionaria sentencia de junio de 2014 del juzgado de Primera Instancia número 4 de Gandía, donde se condena a un hombre a no poder hacer uso de su vivienda durante un periodo de tres años por haberla alquilado repetidamente para organizar fiestas. Así el Juez,  en esta sentencia, entiende que el vecino "ha alterado la paz y el bienestar" del resto de comuneros, causándoles constantes molestias por lo que le prohíbe seguir alquilando su piso para fiestas y, por "el caso omiso que ha hecho a los requerimientos de sus convecinos", se merece además la sanción máxima de privación del uso del inmueble en cuestión por el plazo de tres años.
Así pues una eficaz herramienta ésta, que nos facilita la LPH para luchar en defensa de la tranquilidad dentro de las comunidades de propietarios.

martes, 22 de julio de 2014

Mayorías necesarias para la adopción de acuerdos en Junta de Propietarios.




Cumplido un año desde la importante modificación sufrida por la actual ley de propiedad horizontal a partir de la entrada en vigor, el 28 de junio de 2013, de la Ley 8/2013 de 23 de  junio de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, hemos considerado interesante hacer un análisis a los cambios que ha supuesto esta  norma en los distintos regímenes de mayorías que afectan a la mayoría de acuerdos que pueden ser adoptados en las juntas de propietarios.

Así las cosas, y para empezar este estudio, debemos hacer mención a una primera división nuclear y que se nos antoja será fuente de polémicas. Es la que diferencia entre obras necesarias y el resto. Las necesarias, así como las impuestas por las Administraciones públicas,  pasan a tener carácter obligatorio con la característica que la Junta de Propietarios ya no tiene potestad sobre si acometerlas o no, simplemente son obligatorias, así lo expresa el Art. 10. 1:



 “Tendrán carácter obligatorio y no requerirán de acuerdo previo de la Junta de propietarios, impliquen o no modificación del título constitutivo o de los estatutos, y vengan impuestas por las Administraciones Públicas o solicitadas a instancia de los propietarios…”



Sobre éstas, que deberán ser costeadas por todos los propietarios sin excepción, la Junta sólo podrá decidir sobre la forma en que se distribuirán las cuotas correspondientes.

En este apartado,  nos encontramos las siguientes:



  •  Las de mantenimiento, rehabilitación y conservación del inmueble y sus servicios e instalaciones comunes. El presidente y administrador son los que a partir de ahora tienen la potestad y, si se nos permite la expresión, la sartén por el mango, además de una gran responsabilidad penal y civil sobre su “ejecutabilidad”. De hecho, a la sombra de esta mención de la ley, serán muchas y graves las reclamaciones que puedan caer sobre los pobres presidentes de comunidad a los que recomendamos cuenten con un buen seguro de responsabilidad civil, por si acaso. Art. 10.1, a):



Los trabajos y las obras que resulten necesarias para el adecuado mantenimiento y cumplimiento del deber de conservación del inmueble y de sus servicios e instalaciones comunes, incluyendo en todo caso, las necesarias para satisfacer los requisitos básicos de seguridad, habitabilidad y accesibilidad universal, así como las condiciones de ornato y cualesquiera otras derivadas de la imposición, por parte de la Administración, del deber legal de conservación.



  • Obras necesarias para garantizar  la accesibilidad universal y, en todo caso, las requeridas para asegurar un uso adecuado de los elementos comunes, así como la instalación de rampas y ascensores que garanticen la comunicación con el exterior, siempre que los importes repercutidos anualmente, descontadas las subvenciones, no superen doce mensualidades de gastos comunes. Si lo supera, y ese exceso lo asumen los demandantes, también serás obligatorias. Si no, será necesaria una doble mayoría de propietarios y cuotas. Art. 10.1 b) y Art. 17.2.



  • Cualquier obra preceptiva por la inclusión  del inmueble en el ámbito de actuación de rehabilitación o de regeneración y renovación urbana.



Y luego nos encontramos otro grupo de acuerdos que pueden ser adoptados en relación al resto de obras o actuaciones dentro del ámbito de la comunidad de propietarios.



·        Instauración o adaptación de la instalación comunitaria de telecomunicaciones; instalación de sistemas de aprovechamiento de energías renovables, nuevos suministros de energías colectivas o sistemas de mejora de la eficiencia energética o hídrica que tengan un uso privativo. En este caso deberán contar con 1/3 de los votos favorables de los  propietarios presentes o representados con derecho de voto. Los propietarios que no voten expresamente a favor de la propuesta no deberán hacerse cargo de los costes de instalación ni mantenimiento. Art. 17.1 y  Art. 17 .3, párrafo 2º.  Si en el futuro quieren beneficiarse, deberán abonar las cuotas que les hubiere correspondido, convenientemente actualizadas.



·        Instalación de ascensores o supresión de barreras arquitectónicas, excepto los casos contemplados en el art. 10 .1, b) que son obligatorias. Deberán contar con el voto favorable de la mayoría de propietarios que representen, a su vez, a la mayoría de cuotas de participación. Art. 17. 2.



·        Establecimiento o supresión de portería o sistemas de vigilancia: 3/5 partes la doble mayoría del total de propietarios y cuotas. Art. 17. 3.



·        Establecimiento o supresión de servicios comunes de interés general: 3/5 partes la doble mayoría del total de propietarios y cuotas. Art. 17. 3.



·        Establecimiento o supresión de equipos para sistemas de mejora de la eficiencia energética o hídrica, que no puedan ser aprovechados privativamente, (porque de ser así sólo se requiere 1/3 de los propietarios presentes en la junta): 3/5 partes la doble mayoría del total de propietarios y cuotas. Art. 17. 3.



·        Innovaciones, nuevas instalaciones, servicios o mejoras que NO sean exigibles para la adecuada conservación, accesibilidad, habitabilidad y seguridad del edificio: 3/5 partes la doble mayoría del total de propietarios y cuotas. Aquí es preceptivo, tal y como establece la ley que, si su cuota excediera de tres mensualidades  de gastos,  NO se podrá obligar a los propietarios que no hubieran votado a favor a que sufraguen su instalación, aunque no se les pueda privar de su uso o mejora por la propia naturaleza de la instalación ( sería el caso de una instalación comunitaria para dotar de agua descalcificada a toda la comunidad). Si algún disidente, en cualquier momento, quiere acceder a la mejora, deberá abonar la cuota convenientemente actualizada así como los costes de mantenimiento. Art. 17.4.



·        Puntos de recarga de vehículos eléctricos para uso privado y cuya instalación sólo se realice en la plaza de aparcamiento privativa. En este cargo es suficiente con la comunicación al presidente  de la comunidad. El coste de dicha instalación sólo deberá ser sufragada por los propietarios beneficiados y  promotores de la misma. Art 17. 5.



·        Acuerdos que supongan la modificación del título constitutivo o estatutos. En este caso será necesaria la unanimidad del TOTAL de propietarios y cuotas. OJO: porque en este caso la abstención rompe e impide la unanimidad. Los votos de los no asistentes a la junta, que en el plazo de 30 días desde la recepción del acta ( que se deberá entregar siempre en un plazo máximo de diez días desde la celebración de la junta Art 19.3), no hayan mostrado su oposición al acuerdo, se entenderán como favorables al mismo.



·        Resto de acuerdos:



o       Primera convocatoria: doble mayoría de propietarios y cuotas

o       Segunda convocatoria: doble mayoría de asistentes y cuotas representadas por éstos.



A tenor de lo visto en la ley y de la trascendencia que pueda tener la validación de un acuerdo y para tener derecho a ulteriores acciones, se hace recomendable si no se está conforme con algún acuerdo de la junta,  “salvar el voto”. Así el   Art 18.2 de la misma ley dice estarán legitimados para la impugnación de acuerdos los propietarios que hubiesen salvado su voto:



“Estarán legitimados para la impugnación de estos acuerdos los propietarios que hubiesen salvado su voto en la Junta, los ausentes por cualquier causa y los que indebidamente hubiesen sido privados de su derecho de voto. Para impugnar los acuerdos de la Junta el propietario deberá estar al corriente en el pago de la totalidad de las deudas vencidas con la comunidad o proceder previamente a la consignación judicial de las mismas. Esta regla no será de aplicación para la impugnación de los acuerdos de la Junta relativos al establecimiento o alteración de las cuotas de participación a que se refiere el artículo 9 entre los propietarios.”



Y en este sentido, la jurisprudencia mayoritaria, entiende que, para salvar el voto, el propietario, además de votar en contra (obviamente), deberá pedir en ese momento a la persona que ejerza las funciones de secretario-administrador que refleje en el acta que hace constar y manifiesta que se opone expresamente al acuerdo adoptado.